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Introducción

Tejidos conectivos.

Bajo esta denominación, utilizada principalmente por los histólogos anglosajones, se agrupan aquellos tejidos que tienen una función de sostén de otros tejidos y de relleno o unión entre los tejidos de un órgano y entre los diversos órganos del cuerpo.

Los tejidos conectivos se caracterizan por originarse a partir el mesodermo y presentar una matriz extracelular abundante (en relación al volumen tisular). Salvo en la sangre y la linfa, la matriz está formada por una sustancia fundamental amorfa (sin estructura histológica) y por diversos tipos de fibras proteicas denominadas, en general, fibras conjuntivas.

La sustancia fundamental está constituida, en proporciones variables, por diversos tipos de glucosaminoglucanos (mucopolisacáridos), proteoglucanos y glucoproteínas. Las fibras conjuntivas están formadas por polímeros de proteínas y se clasifican en fibras de colágeno, formadas por proteínas de la familia del colágeno, y fibras elásticas, las cuales contienen las proteínas elastina y fibrilina.

La matriz extracelular está formada, en gran medida, por células denominadas propias o fijas (el término fijo no implica que sean inmóviles, sino que son características del tejido), específicas para cada tipo de tejido conectivo. Las células propias son responsables de la síntesis de la mayoría de los componentes y de la estructuración de la matriz extracelular (excepto en el caso de la sangre y la linfa).

En los vertebrados adultos, los tejidos conectivos incluyen:

Células propias Tipos de fibras
Tejido conjuntivo Fibroblastos
Miofibroblastos
Células reticulares
Colágeno-I
Reticulares (colágeno-III)
Elásticas
Tejido adiposo Adipocitos uniloculares
Adipocitos pluriloculares
Reticulares (colágeno-III)
Tejido cartilaginoso Condrocitos Colágeno-I y -II
Elásticas
Tejido óseo Osteocitos Colágeno-I mineralizadas
Sangre Eritrocitos
Leucocitos
Trombocitos / plaquetas
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Linfa Leucocitos -------

El tejido conjuntivo (denominación que utilizaremos en este atlas) recibe también el nombre de tejido conectivo propiamente dicho o general. El resto se incluyen dentro de los llamados tejidos conectivos especializados.

Los invertebrados también tienen tejidos conectivos o que cumplen su misma función. En los diblásticos, la mesoglea rellena la pared corporal, sirve de soporte a los epitelios epidérmico y gastrodérmico y contiene diversos tipos celulares. Sin embargo, la matriz de la mesoglea es sintetizada mayoritariamente por las células epiteliales.

Los invertebrados triblásticos poseen tejido conjuntivo, muy similar al de los vertebrados, con fibroblastos y una matriz extracelular abundante constituida por sustancia fundamental y fibras proteicas. Además, algunas clases poseen tejidos cartilaginosos, formados por una matriz extracelular y condrocitos.

Mesénquima.

El mesénquima es un tejido transitorio, presente solamente durante el desarrollo embrionario y fetal, que tiene las características propias de los tejidos conectivos: es de origen mesodérmico, tiene una abundante matriz extracelular y sus células fijas, llamadas células mesenquimáticas (o mesenquimales), son responsables de la formación de dicha matriz. Además, el mesénquima tiene una función de sostén y relleno de los tejidos y órganos en desarrollo.

En la matriz extracelular mesenquimática predomina la sustancia fundamental, rica en ácido hialurónico, que a MET tiene baja electrondensidad y aspecto finamente granular. También contiene microfibrillas y fibrillas y algunas fibras delgadas de diversas clases de colágeno.

Las células mesenquimáticas son células estrelladas, con largas ramificaciones y aspecto indiferenciado, incluyendo núcleo grande y eucromático, con nucleolo patente. En el citoplasma se encuentran ribosomas libres y un escaso desarrollo de orgánulos que participan en la formación de la matriz extracelular, principalmente dictiosomas del aparato de Golgi, cisternas del RER y vesículas del endosoma.

Las células propias de los diversos tejidos conectivos proceden de la diferenciación de las células mesenquimáticas, que son células madre pluripotenciales. Esta potencialidad permite que, bajo las condiciones inductivas adecuadas, las células mesenquimáticas sean capaces de proliferar y diferenciarse hacia cualquiera de los tipos celulares propios de los tejidos conectivos.

Aunque el mesénquima no está presente en los individuos adultos, las células mesenquimáticas persisten en los tejidos conectivos, donde sirven como células precursoras para la renovación y mantenimiento de las poblaciones celulares de dichos tejidos.

Tejido conjuntivo.

El tejido conjuntivo es un tejido deformable, pero tenaz y resiliente, que se encuentra rellenando los espacios entre otros tejidos, sirviendo como sostén físico y metabólico de los epitelios, formando el estroma (el soporte estructural) de otros tejidos, como el nervioso, el muscular o el adiposo, y sirviendo de soporte a los vasos sanguíneos y nervios de los diversos órganos.

Está formado por células de diversos tipos, en su mayoría de origen mesenquimático, situadas en una matriz intercelular conjuntiva.

El tejido conjuntivo contiene los siguientes tipos celulares:

Las fibras conjuntivas se clasifican, en función de sus características físico-químicas, morfológicas y tintoriales, en fibras de colágeno (o colágenas) formadas por tropocolágeno-I, fibras reticulares (o de reticulina), constituidas por tropocolágeno-III, y fibras elásticas.

La sustancia fundamental conjuntiva es amorfa, tanto a microscopía óptica como electrónica de rutina. A microscopía óptica no se tiñe con las técnicas histológicas habituales, por lo que aparece como zonas vacías o blanquecinas entre las fibras y células conjuntivas.

Atendiendo a la distribución y cantidades relativas de sus componentes, se distinguen distintos tipos de tejidos conjuntivos, cada uno de ellos con características histológicas y localizaciones anatómicas específicas.

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