Recursos del tema: Textos Imágenes Rótulos

Tejido adiposo unilocular (blanco).


El tejido adiposo unilocular está constituido por adipocitos uniloculares. En humanos y roedores de laboratorio el color en fresco de este tejido es blanco, por lo que en esos casos este tejido se denomina adiposo blanco. Sin embargo, en ciertas localizaciones, como en la médula ósea amarilla, y en otros animales el tejido adiposo unilocular puede tener otros colores debido a la presencia de pigmentos en la gota lipídica o en el citoplasma de los adipocitos.

Los adipocitos uniloculares pueden encontrarse dispersos o en pequeños grupos en cualquier tejido conjuntivo, principalmente laxo o reticular, pero también en el denso irregular. Pero en el tejido adiposo unilocular los adipocitos forman la mayoría de las células del parénquima, mientras que las células propias del estroma, como los fibroblastos, son escasas.

El tejido adiposo unilocular está bien vascularizado, con abundantes capilares sanguíneos, e inervado por nervios amielínicos del sistema nervioso autónomo.

Los adipocitos uniloculares maduros son células esféricas y grandes, de hasta 100 micrómetros en diámetro, cuyo citoplasma está ocupado en su mayor parte por una única gota de grasa, a veces acompañada de otras de menor tamaño.

La mayor extensión de su citoplasma forma un delgado anillo periférico que rodea a la gota de grasa. A microscopía óptica, este anillo incluye también a la lámina basal del adipocito y el delgado tabique de tejido conjuntivo que los rodea. La lámina basal está formada por solamente por la lámina densa, a la cual se anclan fibrillas reticulares de la matriz conjuntiva.

Asociadas a la membrana plasmática, en todo el citoplasma se encuentran numerosas vesículas de pinocitosis.

El núcleo es alargado y estrecho y en sus regiones polares el citoplasma es algo más abundante. En estas regiones citoplasmáticas se acumula la mayoría de los orgánulos, que incluyen una extensa red de túbulos del retículo endoplasmático liso, algunas cisternas del rugoso, gránulos lisosomales y mitocondrias.

En el anillo citoplasmático que rodea a la gota lipídica se encuentran túbulos del retículo endoplasmático liso y mitocondrias, generalmente próximos a la interfase lípido - citosol.

Los adipocitos uniloculares se desarrollan a partir de preadipocitos, caracterizados por contener varias gotas lipídicas y situarse en islotes vasculo-adipocíticos.

Los preadipocitos muestran una mayor cantidad de orgánulos, particularmente del retículo endoplasmático liso y de las mitocondrias, así como de depósitos de partículas de glucógeno.

Durante la maduración de los adipocitos uniloculares, las gotas lipídicas en crecimiento aparecen rodeadas por túbulos del retículo endoplasmático liso, que en ocasiones se encuentran incluso en su interior.

El tejido adiposo unilocular es un tejido de reserva energética, en forma de triglicéridos y ácidos grasos, que participa activamente en la homeostasia de la glucemia y lipidemia, almacenando estos productos tras la ingesta y liberándolos en la fase de ayuno. Estas actividades están bajo control hormonal, respondiendo a hormonas reguladoras de la glucemia (insulina y glucagón) y a la actividad del sistema nervioso autónomo.

Por su parte, los adipocitos uniloculares producen una gran variedad de adipocinas, que incluyen hormonas reguladoras de la ingesta (como adiponectina y leptina) y otras citoquinas con efectos pleiotrópicos sobre diferentes aparatos y sistemas orgánicos.

Los adipocitos uniloculares también sintetizan y exportan a la matriz extracelular perivascular la enzima lipoproteína lipasa, necesaria para la hidrólisis de los triglicéridos de los quilomicrones sanguíneos, que es transportada por las células endoteliales a su superficie luminal.

El tejido adiposo unilocular también tiene otras funciones, muy importantes, por sus propiedades físicas de aislante térmico y de amortiguación de fuerzas de tensión y compresión.

Este tejido está presente en la mayoría de los vertebrados, en los que forma masas discretas o túnicas en diversas partes del cuerpo. Así, el panículo adiposo en la hipodermis de mamíferos y de otros vertebrados, con funciones amortiguadoras y de aislante térmico, está formado por tejido adiposo unilocular.

También rodea a diversos órganos blandos (por ejemplo, los riñones y las gónadas) y a los paquetes vasculo-nerviosos, formando un colchón protector.

Por otra parte, el tejido adiposo unilocular también se localiza en masas discretas en el mesenterio intestinal y envolviendo a los ganglios linfáticos. Además, en mamíferos forma la médula ósea adiposa, conocida como médula amarilla, en la diáfisis de los huesos. Este tejido adiposo unilocular puede reabsorberse cuando se incrementa la médula ósea roja, formada por el tejido hematopoyético, e incrementarse cuando esta disminuye.

En los mamíferos, el tejido adiposo unilocular puede dar lugar a los tejidos adiposos pluriloculares beis y rosa. Este proceso comprende la transformación de los adipocitos uniloculares en pluriloculares. Y, viceversa, estos tejidos pueden revertir a tejido adiposo unilocular.

Up