La mayoría de invertebrados almacenan grasas en forma de gotas lipídicas en células del intestino y, en artrópodos y moluscos, del hepatopáncreas, y no tienen un equivalente histofisiológico del tejido adiposo de vertebrados.
No obstante, el cuerpo graso de insectos contiene células especializadas en el almacenamiento de gotas lipídicas, de glucógeno y de proteínas, denominadas trofocitos, de origen mesodérmico.
El tejido del cuerpo graso responde a demandas del metabolismo energético en las fases de alimentación y ayuno, que están controladas por sistemas de señalización de niveles de nutrientes en la hemolinfa y por hormonas (por ejemplo, hormona adipokinética).
Además, tiene otras funciones, como son la síntesis de proteínas y aminoácidos de la hemolinfa, incluyendo mediadores de respuestas antimicrobianas y de vitelogenina. También, produce diversas hormonas e interviene en la detoxificación de productos nitrogenados.
Por todo ello, se considera que el cuerpo graso de los insectos equivalente a una mezcla de tejido adiposo y del hígado de los vertebrados. En este tema nos centraremos en la descripción de los trofocitos que, por su especialización en el acúmulo de lípidos, fundamentalmente en forma de triglicéridos, a veces también han sido denominado adipocitos.
El cuerpo graso de los insectos es un órgano en contacto con el hemocele, que contiene la hemolinfa, que se extiende por debajo del tegumento dorsal de los segmentos del cuerpo y que rodea a tubo digestivo y a las gónadas.
Aunque existen muchas diferencias entre los diversos órdenes taxonómicos y según la etapa del ciclo vital en cuanto a su disposición anatómica y tipos celulares que contiene, en todos los casos las células características del cuerpo graso son los trofocitos (trofo, del griego τροφος, significa nutrición o que nutre).
Los trofocitos son células grandes, con formas poligonales y núcleo en posición central y recubiertas por una delgada lámina basal.
La mayor parte del citoplasma de los trofocitos está ocupado por numerosas gotas lipídicas. Además, contienen cantidades variables de gránulos proteicos, de diversos tamaños, y acúmulos de partículas de glucógeno.
Otros orgánulos, principalmente dictiosomas del aparato de Golgi, cisternas del retículo endoplasmático rugoso, ribosomas y mitocondrias, se acumulan en regiones discretas del citoplasma, que tienen alta electrodensidad debido a la gran cantidad de ribosomas que contienen.
Dependiendo del orden y especie, también pueden contener pigmentos y otros productos, principalmente uratos.
Los trofocitos almacenan y liberan lípidos utilizando mecanismos celulares y enzimáticos similares a los adipocitos de vertebrados. Transportan a su citoplasma ácidos grasos y glicerol, procedentes de la hidrólisis por lipasas de triglicéridos de la hemolinfa, y los convierten de nuevo en triglicéridos que almacenan en las gotas lipídicas. También sintetizan triglicéridos a partir de glucosa.
Cuando existe demanda energética, la hormona adipokinética induce la lipolisis de las gotas lipídicas de los trofocitos, los cuales liberan ácidos grasos y glicerol a la hemolinfa.
Además, a partir de la glucosa circulante, también almacenan glucógeno como reserva para la posterior liberación de glucosa y de trehalosa a la hemolinfa.
Una característica diferencial de los trofocitos es su capacidad para almacenar y sintetizar proteínas y aminoácidos. Los gránulos proteicos de su citoplasma se forman, principalmente, a partir de proteínas y aminoácidos transportados desde la hemolinfa, constituyendo así una reserva de los mismos, que movilizan cuando hay demanda metabólica. También, pueden sintetizar y liberar prolina, que es uno de los aminoácidos más abundantes en la hemolinfa de insectos.